Arizona ha sido durante mucho tiempo un campo de batalla político, a menudo referido como un estado swing debido a su fluctuación de apoyo entre los principales partidos políticos. A pesar de ello, durante casi seis décadas, el estado ha sido dirigido predominantemente por funcionarios republicanos. A lo largo de los años, se han adoptado una serie de medidas legislativas, muchas de las cuales han planteado preocupaciones sobre la represión de los votantes, especialmente dirigidas a las comunidades de color.

Estas medidas incluyen la eliminación de las cajas caídas y los lugares de votación de emergencia, que han proporcionado tradicionalmente opciones de voto más accesibles para muchos votantes, en particular en las zonas con escasos servicios. Además, los esfuerzos legislativos han bloqueado propuestas para que el día de las elecciones sea un día festivo estatal, lo que habría facilitado el voto de los trabajadores. Más complicando el panorama electoral es la práctica del gerrymandering, que ha manipulado las fronteras de los distritos de manera que diluye el poder de voto de las comunidades minoritarias.

En respuesta a estos desafíos, se fundó la Alianza Electoral BIPOC de Arizona. Nuestra misión es combatir estas tácticas de represión de los votantes, asegurando que todas las voces, en particular las de las comunidades del BIPOC, sean oídas y representadas en el proceso democrático. Nuestro trabajo se basa en la creencia de que el acceso equitativo al voto es fundamental para una sociedad justa y justa.